Mi
valoración sobre este Máster de profesorado nace de sentimientos contrapuestos.
Por un lado, y como parte negativa, me gustaría señalar la mala organización general
que he podido observar. Estoy hablando de temas organizativos a nivel de
coordinación del máster, no de los niveles que nos influyeron de forma más
cercana a los alumnos. Elementos puntuales como las restricciones en la elección del centro de prácticas, la
contratación de profesorado a destiempo y la descoordinación de horarios del
máster con las de algunos centros en los que haríamos las prácticas (así fue mi
caso). Todos estos aspectos, no tienen nada que ver con el contacto en primera
persona con el profesorado del máster, que sí valoro de forma positiva en general.
Después
de mis años de experiencia como profesor de clases particulares, el módulo
genérico ha supuesto la toma de contacto con la profesión de modo más
académico. Una toma de contacto que creo ha sido correcta, positiva, pero de
desigual forma dependiendo de la materia y el docente. En general, he sentido
una gran implicación en el profesorado, salvo en algún caso puntual.
Uno
de estos casos puntuales podría ser el que atañe al profesor de “Desarrollo
psicológico y aprendizaje escolar”. Esta materia del máster, calco absoluto de
la que imparte en magisterio, no tendrá tanto planteamiento psicológico, cuando
sus contenidos se contemplan de igual modo para niños de hasta 12 años como
para adolescentes de 12 a 18. Su metodología además de ser más adecuada para la
época de la Ley Moyano, es totalmente contraria a todo lo que valoro de forma
positiva en el Máster. El ejemplo de lo que creo que no se debe de hacer en el
aula. Cantidad injustificable de contenidos para estudiar de forma autónoma, trabajo en grupo mal planteado,
mala selección de contenidos, poca interacción con el alumnado… Un despropósito
que cada vez que ahondo más en la profesión valoro de forma aún más negativa.
Otro
caso que valoro de forma negativa, son las materias de “Iniciación a la investigación educativa” y “Función tutoríal".
Sus contenidos son escasos y están fatal estructurados, son recortes de aquí y
allá ordenados sin ningún criterio. La metodología impartida en ambas es muy estática y basada en
“clase magistral”, pero al casi no disponer de contenidos, consisten en repetir
una y mil veces conceptos que con comentarlos abiertamente en el aula quedan
claros. He de reconocer que la profesora le pone toda la buena intención del mundo, y
trata de forma impecable al alumnado pero, en mi caso, no he aprendido
absolutamente nada que no pudiera haber leído en un PDF de tres hojas colgado en
reprografía.
Como
último aspecto negativo del máster a recalcar, debo hablar sobre la materia de
“Didáctica, currículo y organización escolar”. Creo que está muy bien planteada para el escaso tiempo del que se disponía, la
intención y planteamiento de contenidos y procedimientos es positiva, salvo por
alguna pega puntual, más relativa a los tiempos que a las formas. El “pero” lo encuentro en la desactualización
de contenidos, que seguramente venga motivado por tanto cambio legislativo. Aún
así, he aprendido mucho sobre los organismos, y leyes que rigen la educación y
los centros de enseñanza, cuestión de la que apenas tenía noción alguna antes
de entrar en este máster.
Ahora
sí, después de desahogarme con todas estas cuestiones negativas, solo me
quedan palabras positivas para todos los demás profesores y compañeros que me han
acompañado en este máster. En el módulo general, he disfrutado mucho con las
clases de “Educación e linguas en Galicia”, ha supuesto un remolino
de planteamientos sobre la importancia de la identidad, la cultura, la lengua y
la educación. Mucha discusión, mucho debate, recomendaciones bibliográficas muy
interesantes; un acercamiento a una parte de la educación por la que antes no
me había interesado y que me parece realmente importante.
Captura del foro de debate online de la materia Educación e linguas en Galicia. |
Otra
materia, con la que realmente he disfrutado y aprendido ha sido “Educación,
política y sociedad”. El profesor de esta materia es uno de los mejores docentes
que he tenido el gusto de conocer en mi vida académica. Se preocupa por
cada alumno, está implicado 100% y transmite ese sentimiento a sus
discentes, sus clases son el paradigma
de lo que nos cuentan en el máster que debería ser la docencia. Sus contenidos
son actuales, necesarios y tratados de formas diferentes, desde las propias
metodologías que en teoría estudiamos. En mi caso, tanto estos contenidos como
las discusiones en clase sobre los mismos, han hecho que me defina en mis
convicciones como docente, que defina mi ideario utópico, sobre el que luego,
gracias a las materias del módulo de artes he podido profundizar y definir de
modo consecuente y realista.
En
“Innovación docente”, he podido observar
de primera mano una de las cuestiones que creo fundamentales a la hora de
trabajar en un centro de enseñanza: la colaboración con docentes pertenecientes a diferentes ámbitos. La asignatura era compartida con los alumnos
de FOL y existía un único trabajo en grupo que requería una gran colaboración y
planeamiento. La suma de diferentes puntos de vista hizo que se enriqueciera el
debate y salieran planteamientos muy interesantes y productivos. Además la
materia finalizó con una sesión estupenda en la que todos los grupos pusimos en
práctica, con nuestros compañeros, alguna de las dinámicas planteadas.
Entrando
ya en las materias propias del módulo de artes, he de decir que aquí, junto con
el Prácticum, es donde realmente he acabado por introducirme e involucrarme con
la profesión. Todas las materias, algunas aportando más que otras, han
contribuido a formar lo que hoy es una vocación firme y clara. En mi caso, con
una formación más técnica, me he sentido más atraído en un comienzo por las
materias que me permitían acercarme más al dibujo técnico. Pero el mundo del
arte nunca había sido algo ajeno a mí y reconozco que ciertas dinámicas de
clase me han enganchado y han conseguido que retome cierto interés en este aspecto.
Difícilmente
podría analizar este módulo de artes plásticas y visuales separando por
materias, cuestión que, me parece, que dice mucho sobre la buena praxis de los
docentes. Esto quiere decir que los conocimientos y procesos no están
compartimentados, acotados y limitados. Lo que aprendes con un profesor sirve
para otro, el desarrollo de un recurso lo enlazas con una metodología de otro
proyecto, etc.
Al
principio, he de reconocer, era algo que me resultaba costoso, sobre todo en
cuanto a planificación y desarrollo de los proyectos fuera del aula. Pero,
ahora mismo, desde la perspectiva que da el tiempo, lo valoro de forma positiva
y creo que ha sido el motor que ha generado tan buenas prácticas con mis
compañeros. No creo que, como se ha hablado haya una carga excesiva de trabajo
en esta parte del máster, y lo único que creo que estaba descentrando al grupo
era la falta de fechas de entrega, cuestión que se solucionó el día que
hablamos con Chema como coordinador y que quizá se vio agravada por la espera
de incorporación de otro docente y la incógnita que eso suponía para la carga
de trabajo que tendríamos al final del módulo. Al final, todo se reducía a
estos dos aspectos tan sencillos, y tan poco relevantes que, a mí
personalmente, no me han supuesto problema alguno.
La
figura de Javier, para mí ha sido fundamental en el máster, creo que ha sido el
profesor con el que más he conectado en cuanto a formas y carácter. He de
reconocer que para mí, realizar la programación ha sido un ejercicio que me ha
aportado mucho en la parte más técnica que atañe al profesorado. Además el
hecho de acercarnos a Flash, Geogebra y otras herramientas de las TICs ha hecho
que encuentre un camino que comienzo a recorrer con este mismo TFM. Javier,
además, al estar presente también en el Prácticum en la Pablo Picasso, ha sido
una presencia cercana y activa que también me ha aportado cosas a nivel
personal. Gracias.
Roberto,
mi tutor del TFM, ha sido también un profesor próximo y volcado con nosotros.
La materia que impartía en el máster, de carácter más técnico, me ha resultado
un poco básica por el poco nivel exigido a causa de las diversas procedencias
en nuestra formación previa; y en ese sentido, creo que está un poco atado de
manos como docente. Pero, lo que si valoro de una forma inmejorable, son las actividades complementarias de la
materia, han sido una de las actividades con las que más he disfrutado en el máster; momentos compartidos con mis compañeros y los profesores que no olvidaré.
Además de consolidar el grupo, estas actividades han conseguido que vea la
parte didáctica y la parte lúdica de la educación como una realidad que puede
vivir conjunta, no como algo casi antagónico. Gracias.
Otro
de los profesores que me ha aportado cuestiones muy interesantes ha sido Chema. Quizás
es la visión más alejada de la mía dentro de los docentes del máster. No tanto
por las formas como por lo concreto de sus planteamientos y contenidos en clase. Pero esa
concreción ha resultado ser uno de los elementos que me ha acercado más al
mundo del arte. Ha generado que surjan mecanismos y dinámicas en acciones en el
aula realizadas tanto en sus materias, como en otras. Ha sido un profundizar en
la parte más académica y formalista, a la vez que ahondaba en la más práctica. Creo
que detrás de sus metodologías didácticas hay una gran profundidad que, pese a
ser ajena a mis preferencias docentes más cercanas a materias técnicas, ha
calado en mí. Gracias.
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Imagen de una de las obras de Chiaru Shiota, artista descubierta gracias a Chema en uno de los Proyectos de Artes. |
Por
último, en el módulo de artes, hablaré
del profesor revelación, no solo por su tardía llegada, sino también por sus
grandes aportaciones: Laura. Creo que Laura ha sido un punto intermedio entre
la visión generada por cada uno de los profesores del módulo de artes. Ha sido
cercana, nos ha mostrado una parte académica, una más práctica, una lúdica, ha
propiciado que hagamos grupo y que saquemos lo mejor de nosotros y ha hecho
todo esto de forma equilibrada y perfecta. No tengo más que buenas palabras
hacía ella y espero que siga como profesora el año que viene para aquellos que
vengan. Gracias.
Uno
de los elementos que más ha influido en mi aprendizaje y formación como
docente, han sido mis compañeros de máster. Sin duda los mejores profesores que
podría haber tenido. Sin excepciones. Todos y cada uno de ellos han aportado
pequeñas grandes cosas sin las que no podría tener la visión de la enseñanza
que he adquirido y por lo que se han ganado mi admiración como docentes.
Formamos un grupo que espero no se disperse con el tiempo más de lo necesario,
pues son gente que de verdad quieres tener cerca, les deseo lo mejor de cara a
su futuro profesional en la enseñanza y espero que nos sigamos viendo en el
“Carnivale”. Gracias a todos.
Foto con mis compañeros del máster. Se chove, que chova. |
Ahora
y como último punto de mis conclusiones, hablaré sobre mi experiencia del
Prácticum. Para continuar con las alabanzas, no tengo más que palabras de
agradecimiento para mi tutora Clara y para el profesorado con el que interactué
en el tiempo transcurrido en la Escuela de Arte Pablo Picasso; así como para
todo el alumnado implicado en mis prácticas. Es una pena no poder prolongar y
disfrutar un poco más de este período, lo considero una de las experiencias
fundamentales en el máster y creo que debería ser complementario con las clases
durante todo el año. Me ha conseguido implicar mucho más de lo que pensaba,
hasta el punto de que incluso ahora,
durante la preparación del TFM, he estado haciendo tutorías con Clara a los
alumnos que presentan el proyecto final de ciclo de ilustración de la Picasso.
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Foto del mural realizado durante el Practicum con los alumnos de la Escuela Pablo Picasso con ACOPROS. |
Mi
conclusión general sobre el máster es, por tanto, muy positiva en cuanto al
Prácticum y el módulo de artes plásticas y visuales y se queda, salvo en algún
caso estupendo como el de Javier o Carlos, en correcta hablando del módulo genérico. A nivel personal ha supuesto una confirmación de mi vocación como profesor y ha sentado las bases para continuar aprendiendo y trabajando para mejorar la educación en este país, tan maltratada y descuidada. Acabo con esta experiencia, creo que de la mejor forma posible, usando este TFM como una puerta abierta a continuar investigando y formándome como docente; reforzando la ilusión y las ganas de recorrer este camino, y remarcando la huella que ha supuesto la realización de este máster, tanto en mi vida académica y profesional, como en mi vida personal, gracias a mis compañeros y profesores.
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